jueves, 1 de abril de 2010

No pienses en verde

Para despejarme salí a dar un paseo pero sentía que mis piernas tenían hormigas y, por eso, no caminé demasiado, sólo unas cuadritas hasta esa calle adoquinada que tanto me gusta. Las vueltas que entonces daba mi cabeza giraban alrededor de los colores del arcoiris. Tengan en cuenta que no se trataba de una experiencia psicodélica, sino del efecto del descongestivo que me había tomado un par de horas antes. Fue entonces cuando a lo lejos, como a cincuenta metros, ví un cartel rosa, muy rosa, que me aconsejaba: Think Pink. En ese mismo instante, todo comenzó a dar vueltas de manera mucho más vertiginosa por la sinusitis que todavía me aprieta la naríz y me comprime el cuero cabelludo, potenciada, agudizada y llevada al paroxismo por las estridencias del vestido en tonos verdes cuasi fosforescentes que encontré en la vidriera de aquel local. ¡Cuántas ganas tenía de poseerlo, de llevarlo y admirarlo!. Pero, aunque ni mi madre ni mi analista lo crean, aquella idea de "pensar en rosa" fue mucho más fuerte, me permitió proseguir el paseo y ubicar un hermoso café donde pasar las siguientes dos horas de mi tarde palermitana con los apuntes de la materia de turno: ¡Chapeau, Cecile!

miércoles, 10 de marzo de 2010

Nouvelle Vague

Vaguedad de un sueño insoportable. No quería pensar, sólo tenía fuerzas para dejar que mi mente corriera hacia el bálsamo del onirismo. Fue entonces cuando se juntaron el gordo que estudió para chef, mi amiga de la infancia que iba conmigo a danzas, dos chicas rubias que tenían el pelo tan lacio...


Yo me quedaba escuchándolos porque, inesperadamente, tenían temas para hablar juntos. Balbucearon mi nombre pero yo no pude identificarlo hasta que mi amiga de la infancia me llamó: "C, no te hagas la distraída. Esto tiene que ver con vos."

miércoles, 10 de febrero de 2010

miércoles, 30 de diciembre de 2009

paraíso

¿Existe?
no-existe
tal vez, haya algo así...
no creo.

jueves, 17 de diciembre de 2009

tirar, soltar, partir

Quiero patear el tablero, pero no, no me animo.
Y me resisto entonces a encontrarle una vuelta a este enredado revés.
¿Para qué?.
No existe la razón de nada...tan sólo un distender: ahora me caigo.
¡Ojo!.

domingo, 6 de diciembre de 2009

sábado, 28 de noviembre de 2009

Bachelard y los sueños

Otra vez, el agua y los sueños.

Había niños y madres alteradas en un lago de provincia que se veía azul pero que también se veía blanco. Yo no me quería subir al micro que me llevaba a la gran ciudad, una capital llena de luces, triste, sin agua. Finalmente, decido emprender el viaje. Un niño llora aunque todo es paz y armonía para mí. En cuanto el mundo se vuelve consciente, comienza a llover. Andaríamos por Médanos (ahí siempre llueve). Faltaban sólo mil kilómetros...

Y aquí el sueño se borra y sólo queda el andar de ese micro por las rutas del sur.

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